miércoles, 16 de junio de 2010

Bombas sobre Plaza de Mayo


Por Roberto Bardini (*)

En la mañana del 16 de junio de 1955, efectivos de la
marina de guerra y “comandos civiles” intentan sin
éxito copar la Casa Rosada y tomar prisionero al
presidente Juan Perón. El mandatario busca refugio
en el edificio del ministerio de Guerra y se dispone a
sofocar la rebelión. A mediodía, aviones la Armada
bombardean y ametrallan la sede del gobierno y la
Plaza de Mayo. Una de las primeras bombas estalla
en el techo de la Casa Rosada. Otra, le pega a un
trolebús lleno de pasajeros y mueren todos. Los
aviadores subversivos lanzan nueve toneladas y
media de explosivos.
Hay 350 muertos y 2 mil heridos. Setenta y nueve personas
quedan lisiadas en forma permanente. Los agresores huyen
hacia Uruguay, donde solicitan asilo político.

Al día siguiente, el diario Clarín -que no se caracteriza por
sus simpatías peronistas- escribe: “Las palabras no alcanzan
a traducir en su exacta medida el dolor y la indignación que
ha provocado en el ánimo del pueblo la criminal agresión
perpetrada por los aviadores sediciosos”.
Fue la segunda vez en toda la historia argentina que la ciudad
de Buenos Aires era bombardeada. La primera ocurrió durante
las invasiones inglesas de 1806 y 1807. En esta ocasión, a
mediados del siglo veinte, no existía un estado de guerra,
quienes atacaron por sorpresa vestían uniformes militares
argentinos y las víctimas fueron civiles desarmados, también
argentinos.
El ataque a traición de los aviadores navales produce un terrible
impacto en la población. Durante meses no se habla de otra cosa
en los hogares de todo el país. En Dossier secreto - El mito de la
guerra sucia, el periodista norteamericano Martin Andersen cita
el informe de un analista de la embajada de Estados Unidos en
Buenos Aires, quien describe este estupor generalizado:
“El bombardeo del 16 de junio de 1955 explotó con una fuerza
cataclísmica, por tanto, sobre una población civil condicionada
por un siglo de paz y que tenía la confirmada creencia de que
semejantes cosas no ocurrían en la Argentina. Se detecta en la
gente no sólo el sentimiento de escándalo, sino de vergüenza
de que semejante matanza de civiles inocentes pudiera haber
ocurrido en el corazón de Buenos Aires”.

Perón no quiere enfrentamiento entre las fuerzas armadas y,
mucho menos, entre militares y trabajadores. Aquel 16 de junio
de 1955, después del primer bombardeo a la Casa de Gobierno,
el general le ordena a un mayor del ejército que fuera a hablar
con el secretario general de la CGT:
- Ni un solo obrero debe ir a la Plaza de Mayo -le dice al oficial.
Y refiriéndose a los aviadores navales, agrega: -Estos asesinos
no vacilarán en tirar contra ellos. Ésta es una cosa de soldados.
Yo no quiero sobrevivir sobre una montaña de cadáveres de
trabajadores.
El relato de este hecho tiene una dimensión mayor porque su
autor es Pedro Santos Martínez, un historiador insospechado
de simpatías peronistas (citado en 1946-1955 - La nueva
Argentina, La Bastilla, Buenos Aires, 1988).

Los obreros salieron a la calle igual, al grito de “¡Perón, Perón!”
Muchos fueron masacrados desde el aire o al quedar atrapados
entre dos fuegos.
Martínez describe otro episodio que da una idea de las
convicciones morales de los golpistas. Por la tarde, los
subversivos atrincherados en la Secretaría de Marina despliegan
una bandera blanca que, de acuerdo a las reglas militares, sólo
podía significar dos cosas: diálogo o rendición. El general
peronista Juan José Valle y otros oficiales leales se dirigen al
lugar para parlamentar, con instrucciones de ser tolerantes con
los rebeldes. Cuando la comisión se acerca al edificio, la bandera
blanca es arriada y una ametralladora los recibe con ráfagas de
plomo.

Perón narra en su libro Del poder al exilio, citado por Martínez,
que cuando una multitud enardecida se concentró con garrotes
frente a la Secretaría de Marina, el almirante golpista que estaba
al mando envió un “dramático” mensaje al jefe del ejército:
“Intervenga. Mande hombres. Nos rendimos, pero evite que la
muchedumbre armada y enfurecida penetre en el edificio”.
Ese mismo día, después de recuperar el edificio, el general Valle
le dijo a Perón:
– Mi general, este ejército no le va a servir para la revolución
popular. Arme a la CGT.
En la noche, como reacción popular a los bombardeos, son
saqueadas e incendiadas la Catedral Metropolitana y diez
iglesias. Poco después, trasciende que Perón ha sido
excomulgado por el Papa Pío XII, quien siempre se negó a
tomar idéntica medida con Mussolini y Hitler.

Durante años, los antiperonistas repetirán que los incendiarios
de los templos contaban con la complicidad de policías y
bomberos. Y los historiadores oficiales pondrán más énfasis en
la quema de las iglesias que en la masacre de civiles perpetrada
horas antes por la aviación naval. Años después, muchos
jóvenes repetirán lo que escucharon de chicos en sus casas.
Luego del bombardeo a la Plaza de Mayo, Perón no sólo no toma
revancha contrariando el sentimiento de sus propios seguidores,
sino que busca la pacificación interna. En julio, levanta el estado
de sitio, deja en libertad a varios detenidos políticos y elimina
algunas restricciones políticas. El 31 permite utilizar la radio, el
principal medio de comunicación de la época, a dirigentes
opositores.
Perón ofrece renunciar a la jefatura del movimiento peronista
y mantener sólo el cargo de presidente de la nación. En
búsqueda de la reconciliación, el general cambia a integrantes
de su gabinete, sustituye al jefe de policía y se desprende de
Raúl Apold, su jefe de propaganda. Al mismo tiempo, designa
A John William Cooke como interventor del partido en la Capital
Federal.
Sin embargo, la situación ha llegado a un punto sin retorno.
Conservadores, radicales, nacionalistas liberales, comunistas
y socialistas exigen la renuncia del presidente. El Ejército, la
Marina y la Aeronáutica conspiran abiertamente y los “comandos
civiles” se organizan. Tres meses después, Perón será derrocado
por la llamada “revolución libertadora”, un antecedente de la
ciénaga sangrienta instaurada en 1976.



(*) Publicado el 15 de junio de 2003 en Rodelu.net
Fuente: http://www.lucheyvuelve.com.ar/General/bomabasalaplaza.htm
Ilustracion: El niño Rodriguez

lunes, 14 de junio de 2010

Con baston y con Galera le cobramos a cualquiera.


Así decía un viejo aviso publicitario, que precisamente ofrecía gente vestida de etiqueta, para cobrarle a algunos deudores remisos a cumplir con sus compromisos. Hoy se va a necesitar algo mas que bastón y galera para cobrarle al Sr, Ricardo Buryaile.
El diputado nacional  tiene problemas de papeles, acumuló una deuda con el Banco Nación de más de 4,5 millones de pesos y se niega a pagarla, a pesar de innumerables intimaciones.
La entidad oficial le reclama la deuda al Sr. Buryaile desde hace una década, período durante el cual se sucedieron refinanciaciones e incumplimientos, pero en el que nunca se produjo un desembolso que expresara la voluntad de afrontar los compromisos asumidos.Todos sabemos que por muchísimo menos, por monedas,  cualquier ciudadano de a pie que debe dinero, es intimado con ejecuciones y presionado hasta que pague.
Al diputado no le faltan garantías: los créditos están respaldados por hipotecas sobre dos campos que en total suman 10.700 hectáreas, lo que lo convierte en un importante terrateniente de Formosa, su provincia natal.
El legislador puede mostrar una ascendente carrera política, preside  la Comisión de Agricultura de Diputados con tan sólo tres meses de trayectoria como legislador nacional. Escaló hasta ese puesto gracias al envión que recibió de la Mesa de Enlace –de Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural, en particular–, y a los contactos que supo explotar en el radicalismo. Este contador público de 47 años, egresado de la Universidad Católica Argentina, es el "nuevo exponente político" que salio a los primeros planos durante el conflicto de las patronales del campo. Se dice que está empezando a construir su candidatura a gobernador por Formosa para 2011. Tuvo una frase que lo hizo famoso a pesar de ello fue elegido diputado por Formosa:“Si el Congreso ratifica las retenciones móviles, debería ser disuelto”, recomendó, en una manifestación que le valió el repudio generalizado de la diligencia política y hasta de sus compañeros de ruta de la Mesa de Enlace.
En los últimos años el Banco Nación buscó por distintos medios que Buryaile pagara. No lo logró. El productor agropecuario fue reacio a acudir a las audiencias de conciliación no hizo gestos que demostraran voluntad de recomponer su situación como deudor. Dejó que los reclamos llegaran a la Justicia y ahora enfrenta al menos cinco causas para la ejecución de garantías.

Fuente: Pagina 12

domingo, 13 de junio de 2010

Dany el rojo, ahora es verde!!!



Este señor, ya sesentón (64 años) con un notable parecido a Orlando Barone, no es otro que Daniel Cohn-Bendit, lider del mayo frances, apodado Dany el rojo, por su ideologia y por su color de pelo. Ahora ya entado en canas, sacudió la ultima sesion del parlamento europeo con un discurso que debió poner "rojo de vergüenza" a mas de un eurodiputado.

Cohn-Bendit, con su personalidad tumultuosa e histrionica marco de manera original e inteligente como Europa en medio de la crisis, hacia negocios con Grecia, donde por un lado le prestaba plata para safar de la caida, y por otro lado, le vende armas. En su encendido discurso Cohn-Bendit, propone la creacion de un FMI europeo de inversion y solidario y llama a la participacion de la organizacion del trabajo, porque en la crisis no solo se trata de dinero sino de personas. La luz que enciende la crisis europea y las medidas que se tomaron en Grecia y en España, resaltan las propuestas que el gobierno argentino propone en distintos foros, como es la participación de la OIT y la reformulacion del FMI, medidas que el ahora verde Cohn-Bendit levanta con tanta vehemencia y convicción.

sábado, 5 de junio de 2010

Silvio Rodriguez, un cubano en Nueva York



Con un caluroso recibimiento por parte del público, que llenó anoche el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York, el cantautor cubano volvió a pisar los escenarios de Estados Unidos, tras 30 años de ausencia.
La presencia de uno de los fundadores de la Nueva Trova, tras conseguir finalmente el visado para entrar el país, causó el furor de las casi 3.000 personas que llenaron el recinto, y que lo recibieron con un emocionante aplauso cuando subió al escenario, acompañado de sus cinco músicos, entre ellos su mujer, la flautista Niurka González.
Junto al furor vivido en la sala, y a los seguidores gritando "Viva Cuba" o "Puerto Rico libre", tampoco faltaron las protestas a las puertas del Carnegie Hall, mientras la policía rodeó el local para evitar incidentes.

Un grupo reducido de exiliados llevaron pancartas en las que se podía leer "Silvio Rodríguez, embajador de la muerte" y "Orlando Zapata Tamayo, asesinado", en referencia al disidente que falleció en una prisión de Cuba tras una larga huelga de hambre.
Silvio Rodríguez inició con "En el claro de la luna" lo que sería un recital de más de 20 canciones y que duró dos horas y media. Tras cantar la primera pieza, se dirigió al público bromeando: "Perdonen que no sepa inglés. No es intencional, es una limitación que tengo".
El artista, que dijo sentirse "feliz de estar aquí", agradeció la calurosa acogida del público, que no dejaba de solicitarle canciones y de acompañar coreando al cantautor, en piezas como "La gota del rocío". "Están contratados", les dijo desde el escenario Silvio Rodríguez.
Uno de los momentos más emocionantes fue cuando dedicó "La canción del elegido", a uno de los cinco cubanos presos por espionaje en Estados Unidos.
"Hoy es el cumpleaños de Gerardo Hernández. Lleva más de diez años preso, a mi parecer injustamente. A él y a los otros que están presos, los cubanos les llamamos nuestros héroes y les dedico esta canción", dijo desatando un fuerte aplauso mientras los flashes de los muchos que quisieron retratar este momento no paraban de iluminarse entre la gente emocionada.
El público no dejó que el trovador se despidiera fácilmente del escenario. Silvio cantó tres bises que cerró con "Demasiado", canción que creó en el año 2003 tras la invasión a Irak. "Demasiado nunca, demasiado no, para tantas almas, para tantos sueños, para tanto amor", dice parte de la letra.

Fuente: Telam