lunes, 31 de mayo de 2010

Contra las políticas del FMI. Diez años después.

Ahora que países europeos como Grecia, España, aplican a pie juntilla las políticas de ajuste del FMI, hace diez años la CGT y otras organizaciones sociales y políticas convocaron a una masiva movilización contra esas políticas que el gobierno De la Rua comenzaba a aplicar.


"Todas las expresiones del sindicalismo convocaron a un paro general para el 9 de junio en repudio al plan de ajuste. El anuncio fue realizado por el titular de la CGT rebelde, Hugo Moyano, en el corolario de una nutrida movilización contra el Fondo Monetario Internacional donde se acusó al Gobierno de ser cómplice de una “dictadura financiera” y se amenazó con profundizar la lucha llamando a una “desobediencia fiscal”. Es decir, a no pagar los impuestos. En la Casa Rosada hubo signos de preocupación y reacciones encontradas.
Al paro anunciado por Moyano se sumaron la CGT oficial de Rodolfo Daer y la CTA de Víctor De Gennaro, quienes garantizaron la “unidad en la acción”. Sin embargo, estos dos dirigentes evitaron ayer su presencia en el palco" escribía Diego Schurman, en la nota de Pagina 12.
"Moyano está vez optó por mantener la comunión de todos los sectores con una prédica nacionalista.
Trazó un parangón entre la dictadura militar y la financiera, asegurando que esta última no sólo apresuró la salida del poder de Raúl Alfonsín, sino el proceso de privatizaciones de las empresas del Estado durante la era menemista."
"A entender del camionero, el ajuste anunciado el lunes, que dispone un recorte salarial en el sector público y la desregulación de las obras sociales, no es ajeno al ciclo que se inició el 24 de marzo del ‘76. “La dictadura militar mataba a la gente, la dictadura financiera mata a 55 niños por día y tortura a los jubilados hombres y mujeres por dejarlos sin trabajo. Esta dictadura financiera tiene socios y cómplices: son los que están en la Casa de Gobierno”, pegaba el Hugo.
La concurrencia al acto fue variopinto, como ya apuntamos ademas de las centrales obreras estaban en el palco y adyacencias: "Nada más bizarro que Hebe de Bonafini con Aldo Rico; el menemista Fernando Galmarini con la frepasista Alicia Castro, y la radical Elisa Carrió con el justicialista Dante Gullo. Hasta hubo besos entre el metalúrgico Lorenzo Miguel y el mecánico José Rodríguez, dos enemigos acérrimos en la historia del sindicalismo", :cuenta Schurman.
Otro mensaje encendido y que provoco la sorpresa: fue el del laico Guillermo García Caliendo, el secretario de la Pastoral Social de la Iglesia Católica. Cuando algunos dudaban de su presencia, señala Schurman, el emisario de Raúl Primatesta apareció en el centro de escena y se despachó con un inédito y acalorado discurso contra el modelo económico:
“Llamamos a un verdadero consenso para resistir una política económica que nos quiere ver de rodillas frente a intereses internacionales. Si no nos unimos nosotros vamos a ser una colonia como quieren los de afuera”, dijo el laico con profesionales manejos de tiempos y entonación".
"No faltaron alusiones al capitalismo salvaje y los pedidos de reformulación de las políticas recetadas por el Fondo y el Banco Mundial. “Atentan contra la paz mundial”.
Pasaron diez años, el país, gracias a la política de desendeudamiento del gobierno, no esta sujeto a aplicar esas recetas que no solo se llevaron puesto el gobierno que las aplico, sino que hundió a nuestra patria en una crisis mayor, que termino con el default, y el hambre y la desocupación para millones de argentinos y sus familias. Si bien ahora estamos mejor, muchos dirigentes que en ese momento criticaban las políticas del FMI, hasta hace poco presionaban al gobierno a endeudarse con el ente multilateral de crédito.
"Cosas veredes, Sancho, que non crederes."
Quienes estuvieron en acto
Por el lado gremial estuvieron los representantes de la CGT rebelde: Hugo Moyano, Julio Piumato, Juan Manuel Palacios, Lorenzo Miguel y Gerardo Martínez.
Hubo un grupo de dirigentes del PJ: el senador Antonio Cafiero y los diputados Hilda “Chiche” Duhalde, Eduardo Caamaño, Jorge Busti, Jorge Obeid, José María Díaz Bancalari y Cristina Fernández de Kirchner. Se acercaron algunos funcionarios bonaerenses, como Felipe Solá y Raúl Othacehé, y algunos intendentes justicialistas de la provincia, como Julio Alak (La Plata), Hugo Curto (Tres de Febrero) y Alberto Balestrini (La Matanza), acompañados por justicialistas históricos como Herminio Iglesias y por menemistas como Fernando Galmarini. Gustavo Beliz llegó junto al diputado cavallista Franco Caviglia.
Los líderes de la izquierda, como Patricio Echegaray, Patricia Walsh y Jorge Altamira, se mezclaron con los representantes de las entidades defensoras de los derechos humanos.
Participó la ombudsman porteña Alicia Oliveira y los once diputados rebeldes de la Alianza, entre ellos la radical Elisa Carrió, los socialistas Alfredo Bravo y Jorge Rivas y los frepasistas Enrique Martínez y Alicia Castro.
El carapitanda Aldo Rico y el ex comisario acusado de torturas Luis Patti fueron las dos presencias que generaron más rechazos.
También estuvieron presentes los organismo defensores de los derechos humanos.
Como siempre la pelea no fue sólo por la legitimidad de la marcha sino también por el número de concurrentes. El ministro del Interior, Federico Storani, en coincidencia con la policía, la estimó en 35 mil personas. Los organizadores del acto calcularon entre 80 mil y 100 mil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario